jueves, 5 de noviembre de 2009

Realidades difusas

Parecía que fuese a atardecer antes que de costumbre. Quizás sólo fuese su imaginaciión.
Quizás necesitaba que terminase ese día de una vez por todas.
Había llovido suficie
nte desde la última vez que sus labios habían pronunciado un " te quiero"
desde entonces no brillaba su pupila.

Oía el susurro del mar dándole
palabras de aliento, puesto que ningún otro lo hacia.
Dibujaba tímidas sonrisas en la arena, las mismas que borraba sin querer con sus lágrimas. Las mismas que se forzaba a esbozar cada día.

Entonces apareció. En el momento menos indicado y en el lugar más inesperado.
Pisó una de sus sonrisas y pronunció su nombre.
-Puedes dejarme en paz-dijó la chica sin apenas levantar la cabeza. Tenía miedo de que la viese llorar-
-No te dejaré en paz hasta que no me digas que está pasandote.
-¿Pasandome? ¿ Tiene que pasarme algo?
-Hace un tiempo que te pasa.
-No sabes nada, absolutamente nada- Por fin sus ojos vidriosos se fijarón en los del chico, cristalinos.
-¿Y entonces porque lloras?
-Porque me da la gana, ¿tengo que darte explicaciones de todo lo que hago?
-Sólo me preocupaba.¿Sabes? me siento estúpido.
-¡No!, quiero decir que no lo eres,no,para nada.
- Entonces por qué me lo oculatis todos. Todos sabeis que pasa a mi alrededor ecpeto yo.
- No se que quieres decir... y que tengo que ver con tu alrdedor.
-Mucho.
- Creo que hace tiempo que dejé de formar parte de él.Ya ni si quiera hablamos como antes.

Se levanto subitamente y gritó enfadado.
- ¡No me lo econdais más! ¿vale? No me lo escondas más.
-¿El que?
- Eso que tanto miedo tienes a decir. Eso que todos me ocultais, eso con lo que me haceis sentir idiota.
-Es lo que eres un idiota.
-...
- Eres el idiota que quiero a mi lado. El idiota que me despierte, el que me haga reir y llorar, el que haga sonar mis notas musicales. El mismo estúpido al que me obligo a odiar y se piensa que le odio. Ese que me queriá escuchar, entender,el que me gastaba bromas y robaba las horas. El idiota que me hacía cosquillas en el alma, el que nunca nunca me falló.
Quiero recuperar a ese completo idiota , el único y más grande de todos los tiempos.
Ya sabes, eres totalmente IDIOTA!

Tras esto echó a correr dejando sus huellas en la orillas, con lágrimas en los ojos, el corazón encogido y una
leve sonirsa pintada en su cara.

Ya no había vueltas atrás, su día infinito había podido con ella y con sus sentimientos.

Ahora sólo quería ver correr el tiempo y esperar... esperar otro encuentro inesperado con su verdadero yo confesarse a si misma
que tenia miedo a vivir.